Embriología y Desarrollo del Sistema Nervioso
Tu sistema nervioso se origina principalmente del ectodermo alrededor del día 18 de desarrollo embrionario. Todo comienza con una estructura llamada placa neural que se transforma en el tubo neural, dando origen al sistema nervioso central (SNC).
Durante el desarrollo, se forman vesículas primarias que luego se dividen en vesículas secundarias. Las tres vesículas primarias son el prosencéfalo (cerebro anterior), mesencéfalo (cerebro medio) y romboencéfalo (cerebro posterior). Estas estructuras eventualmente se convertirán en todas las partes de tu cerebro.
El prosencéfalo se divide en telencéfalo (que forma los hemisferios cerebrales) y diencéfalo (que incluye tálamo e hipotálamo). El romboencéfalo forma el metencéfalo (puente y cerebelo) y mielencéfalo (bulbo raquídeo). Cada una de estas estructuras tiene cavidades específicas llamadas ventrículos.
¡Dato curioso! La cresta neural da origen al sistema nervioso periférico y autónomo, mientras que el tubo neural forma el SNC y la médula espinal.
Histología y Células del Sistema Nervioso
Aunque tu sistema nervioso representa solo el 3% de tu peso corporal, es el tejido más altamente diferenciado que tenés. Lo más fascinante es la relación entre células: por cada neurona, hay entre 10 a 50 neuroglias que la apoyan.
Las neuroglias son células no excitables que no generan potenciales de acción, pero son fundamentales para el funcionamiento neuronal. Se dividen en microglias (los macrófagos del sistema nervioso) y macroglias.
Las macroglias incluyen los astrocitos (las más abundantes, forman la barrera hematoencefálica), células ependimarias (producen líquido cefalorraquídeo), oligodendrocitos (producen mielina en el SNC) y células de Schwann (producen mielina en el SNP y participan en regeneración).
Recordá esto: Las neuroglias son como el equipo de apoyo de las neuronas - las nutren, protegen, limpian sus desechos y las mantienen funcionando correctamente.