Clasificación de la Materia
La materia se divide principalmente en dos grandes grupos: sustancias puras y mezclas. Esta clasificación es súper útil para entender cómo funcionan los materiales a tu alrededor.
Las sustancias puras tienen una composición fija y definida. Se subdividen en sustancias simples (como el oxígeno O₂ o el hierro Fe) y compuestos químicos (como el agua H₂O o la sal NaCl). Los elementos simples pueden ser monoatómicos (como el sodio Na) o poliatómicos (como el hidrógeno H₂).
Un concepto interesante es la alotropía: cuando un mismo elemento puede existir en diferentes formas. Por ejemplo, el carbono puede ser grafito (como en los lápices) o diamante (súper duro y brillante). El oxígeno puede ser O₂ (que respiramos) u ozono O₃ (que nos protege en la atmósfera).
Las ecuaciones químicas nos muestran cómo cambian las sustancias. En la ecuación 2H₂ + O₂ → 2H₂O, los números son coeficientes estequiométricos que nos dicen las proporciones exactas.
¡Ojo! Los compuestos químicos solo se pueden separar usando métodos químicos, no físicos.
Por otro lado, las mezclas combinan dos o más sustancias que mantienen sus propiedades individuales. Pueden ser homogéneas (una sola fase, como el agua salada) o heterogéneas (varias fases, como agua y aceite). Las aleaciones metal+metal y amalgamas mercurio+metal son tipos especiales de mezclas.
Los coloides (como la leche o mayonesa) y las suspensiones (como el agua turbia) son mezclas especiales que parecen homogéneas pero técnicamente no lo son. Lo genial es que todas las mezclas se pueden separar usando métodos físicos simples.