El Purgatorio: El Camino de la Purificación
Después del horror del Infierno, el Purgatorio ofrece esperanza y redención. Esta montaña tiene siete cornisas donde se purifican los siete pecados capitales: soberbia, envidia, ira, pereza, avaricia, gula y lujuria. Aquí ya no se trata de castigos eternos, sino de procesos de purificación para alcanzar el Paraíso.
Catón cuida el Antepurgatorio, mientras que un ángel guardián coloca siete "P" en la frente de Dante al ingresar. Cada cornisa tiene castigos específicos: los soberbios cargan piedras pesadas, los envidiosos tienen los párpados cosidos, y los lujuriosos deben atravesar un muro de fuego.
En la cima del Purgatorio se encuentra el Paraíso Terrenal, donde Beatriz reemplaza a Virgilio como guía de Dante. Aquí fluyen dos ríos místicos: el Leteo (que borra los malos recuerdos) y el Eunoé (que aviva los buenos recuerdos). Es el lugar perfecto de transición hacia el Paraíso celestial.
Recuerda: A diferencia del Infierno, en el Purgatorio existe la posibilidad de redención y ascenso espiritual.