Organizando Datos con Tablas de Frecuencias
Imaginate que querés saber cuál es el curso favorito de tu clase o qué comida prefiere tu barrio. Las tablas de frecuencias son tu mejor aliado para organizar esta información de forma ordenada.
Primero tenés que identificar si trabajás con variables cualitativas (como profesión, comida preferida, nacionalidad) o variables cuantitativas (como estatura, edad, sueldo). Las cualitativas describen características que no se pueden medir con números, mientras que las cuantitativas sí.
En una encuesta siempre vas a encontrar tres elementos clave: la población (todo el grupo que te interesa estudiar), la muestra (la parte del grupo que efectivamente encuestás) y la variable (lo que querés medir o conocer).
¡Dato curioso! Las tablas de frecuencias se usan en estudios de mercado, encuestas políticas y hasta para analizar las preferencias musicales en Spotify.
Para armar tu tabla necesitás calcular la frecuencia absoluta (cuántas veces aparece cada respuesta), la frecuencia relativa (qué porción representa del total) y la frecuencia porcentual (el porcentaje que corresponde a cada categoría).