María: Una Mujer del Pueblo
María no era una princesa ni tenía privilegios especiales. Era una mujer sencilla y humilde de Nazaret que vivía como cualquier otra persona de su época. Su día a día incluía ir a buscar agua, barrer, cocinar y tejer - tareas que podrían parecer aburridas pero que ella hacía con amor total hacia Dios.
Su pobreza era real y evidente. No tenía joyas costosas ni vestidos lujosos porque, como mujer del pueblo, no podía permitirse esos lujos. Esto se ve claramente cuando Jesús nace en Belén y lo tiene que acostar en un pesebre, cuando sigue a Jesús por los caminos polvorientos, y cuando llora al pie de la cruz.
Lo que la hacía especial era su fe inquebrantable. Cuando el ángel le propuso ser la madre del Mesías, aunque era muy joven y no entendía completamente los planes de Dios, respondió con valentía: "Hágase en mí según tu Palabra". Esta frase debería inspirarnos a todos a tener el corazón abierto para escuchar y cumplir la Palabra de Dios en nuestra vida diaria.
💡 Dato importante: La respuesta de María al ángel no fue solo obediencia, sino una muestra de confianza total en Dios, incluso cuando no entendía todo el plan.