Rebelión de Túpac Amaru II Etapas y Consecuencias
La historia de Túpac Amaru II comienza el 4 de noviembre de 1780, cuando capturó al corrupto corregidor Antonio de Arriaga en Hanq'o Raqay. Seis días después, Antonio Oblitas ejecutó públicamente a Arriaga en Tungasuca, marcando el inicio de una revolución que sacudiría todo el Virreinato del Perú.
La Fase Cusqueña (1780-1781) trajo cambios revolucionarios inmediatos. Túpac Amaru abolió la mita, la alcabala, los corregimientos, los obrajes y los repartos - básicamente eliminó todos los sistemas que oprimían a los indígenas. El 16 de noviembre proclamó el Bando de Libertad para los esclavos negros, demostrando que su visión incluía a todos los oprimidos.
La Batalla de Sangarará (18 de noviembre de 1780) fue su mayor victoria. Los españoles, desesperados, se refugiaron en la iglesia local, pero fueron completamente derrotados por las fuerzas rebeldes. Sin embargo, Túpac Amaru cometió un error estratégico crucial en lugar de marchar directamente al Cusco indefenso, se dirigió al sur, perdiendo una oportunidad dorada.
El virrey Agustín de Jáuregui reaccionó enviando a Gabriel Avilés al Cusco, lo que cambió todo el panorama. Túpac Amaru tuvo que regresar para intentar tomar la ciudad, pero ya era tarde. Fue derrotado en Checacupe, Combapata y Tinta, y finalmente traicionado y capturado en Langui. Tanto él como su esposa Micaela Bastidas fueron ejecutados brutalmente el 18 de mayo de 1781 en la plaza del Cusco.
¿Sabías que...? Túpac Amaru fue obligado a presenciar la muerte de toda su familia antes de ser ejecutado, en una demostración cruel del poder colonial español.
La Fase Altiplánica (1781-1783) demostró que el movimiento no murió con su líder. Diego Cristóbal Túpac Amaru, Pedro Vilca Apaza y Julián Apaza Túpac Catari continuaron la lucha en el Altiplano y Alto Perú. Túpac Catari mantuvo en jaque a las autoridades hasta su ejecución en La Paz en 1783, marcando el final definitivo de esta gran rebelión.
La consecuencia más importante fue la supresión total de los corregimientos, reemplazados por las Intendencias. Este cambio administrativo transformó para siempre la estructura colonial del Perú, demostrando que la rebelión logró objetivos concretos a pesar de la derrota militar.