La Gran Rebelión de Manco Inca (1536)
Manco Inca pronto se dio cuenta de su error al aliarse con los españoles. El saqueo del Cusco, las humillaciones constantes y la destrucción de templos sagrados le mostraron las verdaderas intenciones de los conquistadores. En 1536, aprovechó la codicia española para engañar a Hernando Pizarro: le prometió mostrarle tesoros ocultos y obtuvo permiso para salir de su cautiverio.
Una vez libre, Manco Inca organizó la rebelión más grande contra los españoles. Armó un ejército de aproximadamente 180,000 indígenas que rodearon el Cusco el 3 de mayo de 1536. Los españoles eran menos de 200, pero contaban con 30,000 aliados indígenas y sus armas superiores.
La estrategia de Manco Inca fue inteligente: cavó hoyos en las calles para lastimar los caballos españoles y tomó la fortaleza de Sacsayhuamán. El heroico general Cahuide defendió la fortaleza hasta la muerte, lanzándose desde lo alto para no caer prisionero. Juan Pizarro murió en el ataque para recuperar Sacsayhuamán.
Simultáneamente, Titu Quisu Yupanqui sitió Lima con 25,000 soldados, llegando hasta la Plaza de Armas. Sin embargo, Francisco Pizarro, apoyado por etnias yungas locales, logró derrotar y matar al líder rebelde. El regreso de Diego de Almagro desde Chile debilitó la posición de Manco Inca, quien finalmente levantó el cerco y se refugió en Vilcabamba.
Lección clave: Esta rebelión demostró que la resistencia indígena fue mucho más organizada y poderosa de lo que muchos creen, casi logra expulsar a los españoles.