Cultura, prensa e identidad nacional
La construcción de la identidad nacional peruana fue un proceso lento y contradictorio. La prensa política jugó un papel clave con periódicos como El Peruano y El Comercio, que no solo informaban sino que polemizaban sobre el rumbo del país y las ideas políticas.
La literatura también ayudó a definir el imaginario republicano. Escritores como Felipe Pardo y Aliaga, Manuel Ascencio Segura y Ricardo Palma ofrecieron visiones de la nación, pero generalmente desde una perspectiva limeña, criolla y excluyente que dejaba de lado las culturas andinas.
El sistema educativo, aunque limitado y elitista, se concibió como herramienta de civilización. Se fundaron colegios nacionales como Guadalupe en Lima, pero la educación rural y femenina fue completamente desatendida.
Símbolos patrios: Se adoptaron himnos, escudos y celebraciones cívicas como las fiestas patrias para fortalecer el sentido de pertenencia, aunque muchas veces se impusieron desde Lima a las provincias.
La creación de la Biblioteca Nacional (1821) y del Archivo Nacional (1861) reflejó la preocupación por preservar la memoria histórica republicana. En lo religioso, el Estado mantuvo relación con la Iglesia pero avanzó hacia cierta secularización con el registro civil.
A pesar de estos esfuerzos, el Perú seguía siendo profundamente diverso. Las lenguas indígenas y tradiciones locales sobrevivieron al margen del proyecto oficial limeño.