El Imperio Romano: Grandeza y Caída
Las guerras civiles destruyeron la República, pero dieron origen al Imperio más poderoso de la antigüedad. Julio César, Pompeyo y Craso formaron el primer triunvirato, pero las ambiciones personales los llevaron al enfrentamiento. Finalmente, Octavio (después Augusto) venció a Marco Antonio en la batalla de Accio.
El Alto Imperio vivió su época dorada con la Pax Romana. Augusto estableció el principado, Trajano logró la máxima expansión territorial, y Caracalla otorgó la ciudadanía romana a todos los hombres libres del imperio. Roma se convirtió en sinónimo de civilización.
El Bajo Imperio enfrentó crisis constantes: invasiones bárbaras, inflación y división política. Diocleciano intentó salvar el imperio con la tetrarquía, mientras Constantino legalizó el cristianismo y fundó Constantinopla. Teodosio dividió definitivamente el imperio entre sus hijos.
El año 476 d.C. marcó el fin cuando Odoacro depuso a Rómulo Augústulo. Sin embargo, el legado romano perdura: derecho, arquitectura, ingeniería y administración siguen influenciando nuestro mundo.
Reflexión importante: Aunque Roma cayó políticamente, su influencia cultural y jurídica sigue viva en las instituciones modernas.