El Origen de la Revolución Francesa
La Francia del siglo XVIII era como una bomba de tiempo lista para explotar. Tres problemas gigantescos se combinaron para crear la tormenta perfecta que desataría una de las revoluciones más importantes de la historia.
La sociedad estamental dividía a las personas en tres grupos rígidos desde el nacimiento. La nobleza y el clero disfrutaban de privilegios enormes, mientras que el Tercer Estado (que incluía a comerciantes, artesanos y campesinos) cargaba con todas las responsabilidades y pocos derechos. Imagínate no importaba qué tan inteligente o trabajador fueras, tu posición social estaba determinada para toda la vida.
El absolutismo monárquico concentraba todo el poder en manos del rey. Luis XVI gobernaba sin límites, tomando decisiones que afectaban millones de vidas sin consultar a nadie. Este sistema funcionó durante siglos, pero ya no podía sostener las presiones del mundo moderno.
La crisis económica fue la gota que derramó el vaso. Francia estaba en bancarrota, los alimentos escaseaban y los impuestos aplastaban al pueblo. Mientras los nobles vivían en lujo extremo en Versalles, la gente común luchaba por sobrevivir cada día.
¿Sabías que...? El pan representaba hasta el 80% del gasto de una familia francesa promedio antes de la revolución.