El Ciclo de las Rocas
El ciclo de las rocas representa la transformación continua entre los tres grandes tipos de rocas: ígneas, sedimentarias y metamórficas. Este ciclo dinámico es fundamental para entender la evolución de la corteza terrestre.
Las rocas ígneas se forman cuando el magma se enfría y cristaliza, ya sea en la superficie (rocas extrusivas) o bajo tierra (rocas intrusivas). Cuando estas rocas quedan expuestas a la intemperie, sufren procesos de meteorización, erosión y transporte, depositándose como sedimentos que eventualmente se litifican para formar rocas sedimentarias.
Tanto las rocas ígneas como las sedimentarias pueden ser sometidas a altas presiones y temperaturas, transformándose en rocas metamórficas. Si la temperatura aumenta lo suficiente, cualquier tipo de roca puede fundirse parcial o totalmente, formando nuevo magma y reiniciando el ciclo.
🌋 Este ciclo no es unidireccional ni cerrado; una roca ígnea puede transformarse directamente en metamórfica sin pasar por la fase sedimentaria, o viceversa, dependiendo de las condiciones geológicas específicas.
El ciclo de las rocas está íntimamente ligado a los procesos tectónicos y es un reflejo de la dinámica interna de nuestro planeta.