Narrativa Peruana Última: Mario Vargas Llosa
Mario Vargas Llosa se ha consolidado como el narrador peruano más importante a nivel internacional. Su obra abarca múltiples géneros: novelas como "La ciudad y los perros" (1963), "La casa verde" (1966), "Conversación en La Catedral", "La guerra del fin del mundo" (1981), "La fiesta del chivo" (2000), "El héroe discreto" (2013) y "Cinco esquinas" (2016); cuentos ("Los jefes", 1959); memorias ("El pez en el agua", 1993); teatro ("La señorita de Tacna", 1981); y ensayos ("García Márquez: historia de un deicidio", 1971).
La narrativa de Vargas Llosa se caracteriza por su carácter realista y el empleo de la narrativa objetiva, abandonando la omnisciencia del narrador tradicional. Asimila e innova técnicas modernas del relato con un estilo particular donde el lenguaje puede ser paródico, humorístico, sociológico o político según la necesidad.
Para él, la novela es la invención de una realidad imaginada, lo que llamó "la verdad de las mentiras". Aspira a la "novela total", una obra que incorpora diversas dimensiones para asemejarse a la realidad, creando un mundo imaginario que explore toda la experiencia humana.
"La ciudad y los perros" (1963) aborda como tema principal los sistemas autoritarios de enseñanza militar. Entre sus temas secundarios encontramos la pandilla juvenil como síntoma de rebeldía ante el sistema, el hurto como violación de la norma, el machismo que mutila la dimensión afectiva, la agresividad como método de subsistencia, los rituales de la adolescencia, el racismo y el clasismo.
La novela presenta personajes complejos en el ambiente urbano del colegio militar, donde conviven distintas razas y clases sociales: Alberto (de clase media alta, desprecia a negros y serranos), El Esclavo (inhibido y tímido, víctima de maltratos paternos), El Jaguar (agresivo, abusa de sus compañeros) y el teniente Gamboa (honesto pero desterrado por no ser compatible con el sistema).
🔥 "La ciudad y los perros" causó gran controversia al publicarse: ejemplares de la novela fueron quemados en el patio del Colegio Militar Leoncio Prado, institución que inspiró la obra, por considerarla una ofensa a los valores militares.